Por Cecilia Campana Marroquín
Por Julio Talledo. 28 junio, 2012.En nuestro país, desde hace mucho tiempo, convivimos con una diferencia salarial muy grande. Es indignante ver que algunos que tienen poder, ganan más por esta razón y no por su desempeño, y los que están en trabajos operativos, tanto en empresas privadas, como en las del Estado, ganan mucho menos. Y no solo la variación de sueldo es abismal, sino también los incrementos porcentuales, que oscilan entre 60% y 65 % para puestos de primer nivel vs. el 7% para profesionales con más de 8 años de servicio ininterrumpido.
¿Qué entendemos por inclusión social? ¿Hacer campañas para mitigar el frío en los meses de lluvias?, ¿juntar víveres para los que acaban de perderlo todo por algún desastre natural? Creo que esto es pensar que solo los peruanos que viven lejos de la civilización o aquellos que han sufrido los embates de la naturaleza son susceptibles a nuestra preocupación y ayuda.
Usted, ¿sabe exactamente qué problema tiene aquel operario que está callado?, ¿se ha dado cuenta que aquel otro, no sonríe ni participa en las reuniones hace una semana? Es preciso ver que la inclusión social depende de nosotros, que es vivir en función de los demás, o como dirían los estudiosos, en función de los que están en mi círculo de influencia, por los que puedo preocuparme y acompañarles en su desarrollo personal, social, profesional o familiar. Pocos tendremos la oportunidad de llegar a los lugares alejados de la puna o de la selva, pero todos tenemos personas que dependen de nosotros para poder subsistir, para avanzar, para crecer, para volver a tener confianza en los demás, para sentir que son importantes por ellos mismos, que no son invisibles, que sus preocupaciones son nuestras preocupaciones.
Las personas con cargos públicos, las que tienen la oportunidad de hacer que cada peruano se sepa atendido en sus necesidades, deberían preocuparse más por las personas que les rodean en su trabajo, y pensar que si ellos mismos necesitan un incremento de salario ¿sus colaboradores no lo necesitaran más? Muchos tendrán hijos en edad escolar o hijos universitarios, o familiares enfermos.
Qué difícil es trabajar con ánimo cuando la misma organización ejecuta incrementos salariales ofensivos y, además, solicita a sus colaboradores a que no reclamen y no hagan quedar mal a la institución. ¿Así queremos un país con inclusión social? El que tiene más quiere más, pero ¿realmente necesita más? ¿No se estarán creando falsas necesidades? ¿Por qué tres televisores de plasma, uno para cada habitación? ¿No hará falta solo uno, colocado en un lugar acogedor, donde toda la familia pueda compartir momentos agradables? El exceso de las cosas materiales anula la capacidad humana de pensar en los demás. Les animo a hacer una reflexión sincera respecto a la inclusión social ¿soy parte del problema o de la solución? Da tu respuesta y actúa en consecuencia, el Perú te necesita, los peruanos te necesitan.
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
Universidad de Piura.